Desde su independencia, Chile ha tenido múltiples períodos inflacionarios y deflacionarios, inclusive la hiper inflación de 1973 que llegó a un 606% anual. No fue hasta que el Banco Central consiguió su autonomía en 1989 que Chile pudo frenar las alzas sostenidas de precios. Así, durante los últimos 23 años, Chile ha logrado mantener un promedio de inflación anual de 3%.

El 3,9% de inflación anual en Chile durante 2023 nos acerca a la meta del Banco Central y al fin del ciclo de alta inflación que experimentamos en 2022 debido al exceso de liquidez monetaria creada principalmente por los retiros de AFP y las ayudas estatales, además de efectos externos. Sin embargo, aún queda camino por recorrer en 2024, ya que aún no llegamos a la meta de 3% de inflación anual, y la tasa de inflación que excluye factores volátiles sigue sobre el 5%.

Debido a medidas populistas tomadas por nuestros políticos y, en menor medida, a factores externos a Chile, los precios en nuestra economía como los alimentos, el transporte y la educación han crecido rápidamente en durante los últimos cuatro años, algo que antes teníamos controlado. Si no fuera por nuestra institucionalidad fiscal y monetaria, y especialmente la autonomía del Banco Central, estaríamos mucho peor, como Argentina y Venezuela, o el Chile del pasado.