A pesar de que el porcentaje de hogares victimizados disminuyó de forma importante entre 2005 y 2023, el porcentaje de personas en Chile que sienten que la delincuencia aumenta llegó a máximos históricos en 2022-2023. ¿Discrepancia?

Hay quienes argumentan que las alarmantes percepciones de las personas sobre el estado de la delincuencia en el país se deberían a que los medios de comunicación han aumentado la frecuencia con que muestran acontecimientos violentos, por lo que estarían exhibiendo una realidad que no existe. Sin embargo, los delitos más violentos han aumentado más rápido de lo que han aumentado los delitos en su totalidad. Por ejemplo, entre 2015 y 2024, las denuncias de homicidio aumentaron 95 por ciento, mientras que las denuncias de la totalidad de los delitos sólo aumentaron 1 por ciento. Así, los datos sugieren que las percepciones de aumento de la delincuencia podrían explicarse por el auge de los delitos más graves, dificultando la tesis de que los medios podrían estar mostrando una realidad fabricada.

El número bruto de homicidios tentados, frustrados y consumados en Chile aumentó 65 por ciento durante los últimos 7 años, reflejando un cambio (para peor) en el tipo de crimen al que estamos expuestos los chilenos. Identificar los homicidios tentados y frustrados (además de los consumados) es de alta relevancia, ya que la violencia en el país no es menor si los delincuentes que disparan tienen mala puntería y no concretan sus homicidios. Además, otro fenómeno a observar es la forma en que ocurren los homicidios, que también ha cambiado. Entre 2018 y 2022, la proporción de víctimas de homicidio cuyo victimario era desconocido para ellas ascendió 73 por ciento, evidenciando así, una mayor profesionalización del homicidio que, generalmente, viene acompañada de una mayor penetración del crimen organizado en la sociedad.

Asimismo, también hemos experimentado un aumento en el uso de armas de fuego en homicidios, que ha llegado a representar la mitad de los casos. El uso de objetos cortopunzantes, por su parte, ha perdido relevancia.

Hasta 2018, Chile fue el país con menor tasa de homicidios en América Latina. En 2019, ese dejó de ser el caso, y en 2022, si bien esa tasa seguía siendo baja para nuestro país relativo a nuestros vecinos, ya nos habíamos alejado de ser el país más seguro de la región. Como es de esperar, esta escalofriante noticia amenaza varios aspectos de la sociedad, tales como la integridad de las familias, su tranquilidad y realización personal, la educación de los más jóvenes, la economía a través de menor empleo y menor inversión, entre muchos otros.