La mayoría de los fumadores en Chile está consiguiendo sus cigarrillos de forma ilícita, y principalmente, a través de la feria, el almacén de barrio y vendedores ambulantes. Esto no siempre fue así. En 2019, solo el 17% de los fumadores consumía ilícito. ¿Por qué nuestro mercado de cigarrillos evolucionó hacia el contrabando?
Adquirir cigarrillos de forma ilícita es más barato y en Chile, cerca del 80% del precio final del cigarrillo que se vende legalmente corresponde a impuestos. Esa alta carga impositiva genera precios demasiado altos, casi prohibitivos y, además, es alta comparada a las cargas de otros países, lo que crea oportunidades de importación ilegal. Así, se generan incentivos para negocios en negro que aprovechan las bandas de crimen organizado, ya que no pagan impuestos y pueden vender este tipo de bienes más barato. En 2022, nuestras autoridades decomisaron 11,7 millones de cajetillas de contrabando, más del doble que en 2018 según cifras de VLCONSULTING.
Por último, aunque la evidencia muestra que los impuestos altos pueden funcionar para desincentivar el consumo de cigarrillos en fumadores, su exceso puede resultar también en el financiamiento del crimen organizado a través de los mercados negros, lo que, a su vez, desfinancia el fisco. El Estado de Chile, por ejemplo, que ha mantenido impuestos altos ha disminuido su recaudación fiscal por impuesto específico al tabaco en -23% (ajustado por inflación) durante la última década debido, en gran parte, al auge de mercados negros y a una menor tasa de fumadores, lo que deja a los chilenos frente a un fenómeno nuevo y peligroso.